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En la jornada de este pasado día sábado desde las 21.30 con salida desde la Iglesia Catedral. Por la madrugada cerca de las 2, partió la columna de Los Toldos. Así se llevó a cabo la Trigésima Segunda Peregrinación l Monasterio Benedictino de Los Toldos.
La despedida, como es habitual, estuvo a cargo de Monseñor Martín de Elizalde, en la ciudad de Nueve de Julio, un nutrido grupo de fieles acompañaron esta nueva realización religiosa.
La comunidad, tras el arribo a la rotonda, emprendió el camino en la noche peregrinando con una excelente organización, los grupos afectados cumplieron una tarea de total normalidad a lo largo de la Ruta provincial 65 hasta su llegada al Monasterio.En el caso de la columna de los Toldos y con algunos altibajos se llevó a cabo. La misma fue despedida por el párroco Rodolfo Olmedo.
Como también ya es tradicional, ayer, a partir de las 8 de la mañana trás el arribo de todas las columnas, la ceremonia religiosa estuvo a cargo del Obispo Martín de Elizalde, quien entre los conceptos más sobresalientes expresó lo siguiente:
“Nos acercamos en este tiempo al final del año litúrgico,dado que dentro de quince días comenzaremos el tiempo de Adviento, es decir, ya la preparación para la Navidad que también es la segunda venida del Señor en Gloria”.
“Esta peregrinación que todos los años renovamos nos prepara, nos acerca con esta actitud nuestra de intentar alcanzar una meta”.
“Peregrinar es ir hacia un lugar -uno puede peregrinar por motivos buenos o motivos malos-, uno puede peregrinar por amor a Dios, por amor a los hermanos, por dar también cumplimiento a esta búsqueda espiritual al deseo de Dios o también hay gente que peregrina a veces con objetivos que no valen la pena”.
“Es por ello bueno reconocer que esta peregrinación, esta meta que hemos alcanzado, es una meta que nos aproxima a la meta definitiva, y esa meta es encontrarnos con Dios”
La comunidad, tras el arribo a la rotonda, emprendió el camino en la noche peregrinando con una excelente organización, los grupos afectados cumplieron una tarea de total normalidad a lo largo de la Ruta provincial 65 hasta su llegada al Monasterio.En el caso de la columna de los Toldos y con algunos altibajos se llevó a cabo. La misma fue despedida por el párroco Rodolfo Olmedo.
Como también ya es tradicional, ayer, a partir de las 8 de la mañana trás el arribo de todas las columnas, la ceremonia religiosa estuvo a cargo del Obispo Martín de Elizalde, quien entre los conceptos más sobresalientes expresó lo siguiente:
“Nos acercamos en este tiempo al final del año litúrgico,dado que dentro de quince días comenzaremos el tiempo de Adviento, es decir, ya la preparación para la Navidad que también es la segunda venida del Señor en Gloria”.
“Esta peregrinación que todos los años renovamos nos prepara, nos acerca con esta actitud nuestra de intentar alcanzar una meta”.
“Peregrinar es ir hacia un lugar -uno puede peregrinar por motivos buenos o motivos malos-, uno puede peregrinar por amor a Dios, por amor a los hermanos, por dar también cumplimiento a esta búsqueda espiritual al deseo de Dios o también hay gente que peregrina a veces con objetivos que no valen la pena”.
“Es por ello bueno reconocer que esta peregrinación, esta meta que hemos alcanzado, es una meta que nos aproxima a la meta definitiva, y esa meta es encontrarnos con Dios”
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